Poner nombre y apellido a las medidas que se pueden tomar para que el viñedo se adapte a los riesgos que implica el cambio climático y hacerlo teniendo en cuenta la zona concreta en la que ese viñedo se ubica. Es la base del debate que se ha generado en VinoDiversidad, evento celebrado el pasado día 14 de marzo en el Centro Cultural La Asunción, de Albacete y que ha contado con grandes protagonistas del sector vitivinícola y expertos como Jordi Domingo, de la Fundación Global Nature (FGN). “Cuidar el suelo y fomentar su materia orgánica es una medida esencial para afrontar el déficit hídrico y las temperaturas extremas, dos de los principales cambios que traerá el cambio climático”, ha asegurado Domingo que, además, ha focalizado la atención que la idea de que el producto que se obtendrá del viñedo en 30 años será diferente a lo que obtenemos ahora. Por ello, es necesario un proceso de adaptación en el que tiene más sentido apostar por la calidad que por la cantidad, algo que además ayudará a diferenciar el producto en los mercados cada vez más competitivos. “El cambio climático se traducirá en un impacto no solo en la cantidad sino en la calidad de nuestros vinos. Más allá del viñedo también tendremos que introducir mecanismos, por ejemplo educar al consumidor, a nuevos perfiles de vino y a valorar nuestras variedades», ha subrayado.

Así, la reflexión ha girado alrededor de la importancia de fomentar y conservar la biodiversidad en los viñedos como factor clave para la adaptación al cambio climático. Se ha discutido sobre la importancia del manejo de la vid en verde, de las cubiertas vegetales, las aportaciones de materias orgánicas procedentes de ganadería e industrias agroalimentarias y del manejo del agua, entre otros. El debate ha sido complejo y variado, pero se han alcanzado algunos puntos de unión un consenso en la necesidad de dar nuevos pasos en esta dirección, innovar y romper con los esquemas productivos actuales, con una apuesta por potenciar la transferencia de conocimientos desde la investigación a la comunidad agrícola.

En la misma línea se ha debatido que, a pesar de que la producción de grandes volúmenes es un recurso que actualmente aporta importantes beneficios a bodegas y cooperativas, existe una apuesta del sector por una diferenciación de los vinos. De hecho, es una tendencia que dicta el propio mercado y que está acelerando el cambio climático. Del encuentro se ha desprendido que en este camino son necesarios cambios desde la agricultura, pero también es imprescindible el apoyo decidido de la administración y la comercialización.