Los mánagers de las explotaciones pertenecientes a las escuelas agrícolas de la región Grand-Est se reunieron en la escuela de Châlons y Champagne el pasado 11 de abril de 2019. Fue una oportunidad para intercambiar experiencias sobre la problemática de adaptación al cambio climático partiendo del ejemplo de la escuela Somme-Vesle, situada al noroeste del departamento de Marne. Desde 2017, Solagro ha llevado a cabo una evaluación de la vulnerabilidad climática como parte del proyecto europeo LIFE AgriAdapt, el cual está experimentando con este enfoque en una red de más de 120 explotaciones piloto en 4 países diferentes en Europa.
Las perturbaciones climáticas locales observadas son múltiples: tendencia a la reducción del número de días de helada por año, incremento en la frecuencia y duración de los periodos secos, olas de calor cuya amplitud es realmente sorprendente, o precipitaciones muy intensas combinadas con baja radiación como en junio de 2016, lo que resultó en uno de los peores rendimientos jamás observados en décadas en la explotación, y en general en toda la región de Champagne (-50% para el trigo blando, -60% para los guisantes).
El mánager de la granja de Somme-Vesle explicó las medidas de adaptación ya implementadas para aumentar la resiliencia: la explotación está compuesta de 240 ha de suelos con gran capacidad de acumulación de agua, lo que limita los impactos debidos al estrés hídrico. Las rotaciones incluyen 7 cultivos diferentes (trigo blando, remolacha, alfalfa, cebada, colza, guisante y miscanthus), lo que ha contribuido a distribuir el riesgo climático entre las diferentes fases de sensibilidad durante toda la estación de cultivo. Se presta gran atención a la elección de las variedades para los cultivos principales (resistencia la frío, enfermedades…), y a su diversidad (superficie limitada para cada variedad) con la intención de poder complementar la producción y hacer frente a múltiples riesgos climáticos.
Finalmente, es posible preveer más medidas de adaptación a medio plazo: elegir cultivos de acuerdo a nuevos criterios como al arrugado del grano (cuya intensidad aumentará en el futuro cercano), mezclar diversas variedades a nivel de parcela, o anticipar la introducción de nuevos cultivos principales en sustitución progresiva del guisante, que sufrirá mayores impactos derivados de altas temperaturas durante el periodo de floración.